Por José Luis de la Calva
(PARIS, Francia).- El pasado miércoles se llevo a efecto una de las acciones mas importantes y que llena de mucha satisfacción, las fuerzas policiales francesas realizaron un operativo donde cayó el sanguinario planificador de la masacre terrorista del 13 de los corrientes en París.
Un celular fue encontrado en un cesto de basura próximo a la sala de conciertos del teatro Bataclán y fue la pieza clave para que la policía francesa lo encontrara. Fue identificado gracias a sus huellas digitales de manos y pies.
El teléfono contenía un mapa de la sala de conciertos, un mensaje de texto que decía “vamos, que estamos empezando” y los detalles de un departamento en Alfortville, el cual habría sido alquilado por Salah Abdeslam, días antes del atentado.
Estas importantes pistas, y el error más grande de los yihadistas, ayudaron a que los investigadores lleguen a descubrir el paradero del cerebro del atentado en el barrio Sanit-Denis, cerca al Estadio Nacional de Francia
La policía acordonó el área la madrugada del miércoles y evacuo a todos los residentes y tuvo que enfrascarse durante 7 largas horas con los delincuentes, donde se estima hubo alrededor de 5 mil disparos.
Cuenta el mundo.es que fue un asedio salvaje, donde se lanzaron granadas y ráfagas de Ak-47, en el que los policías encontraron una resistencia feroz por parte de los terroristas, en el que en un momento dado -tras volarse por los aires una mujer kamikaze (que se cree es prima de Abaaoud)- el suelo del apartamento en el que permanecían atrincherados los terroristas colapsó y se derrumbó sobre el piso de abajo…
Pero el cadáver que un robot antiminas enviado por los agentes de los servicios especiales galos localizó acribillado en medio de los escombros, entre amasijos de hierros y cascotes de cemento ha resultado ser el del cerebro de los atentados de París del viernes pasado, la mente detrás de la muerte de 139 personas.
En la habitación se alojaban cinco yihadistas, entre ellos la mujer que desató su chaleco explosivo.
Un comunicado de la Fiscalía general de la República francesa así lo ha confirmado: Abdelhamid Abaaoud, de 28 años, de nacionalidad francesa, origen marroquí y residente en Bélgica, la persona que según todos los indicios planeó los atentados de París, el tipo implicado en al menos cuatro de los seis atentados frustrados por la policía francesa desde la pasada primavera hasta ahora (incluido el del tren que iba de Amsterdam a París), murió ayer durante la operación policial puesta en marcha tras recibir las fuerzas de seguridad un chivatazo que indicaba que el sujeto en cuestión se ocultaba en un apartamento de la localidad de Saint-Denis, al norte de París. Ese chivatazo, según fuentes de la investigación, procedía de un marroquí.
Este comando de Saint-Denis, dirigido por el enemigo número uno de Bélgica tenía previsto mas atentados en París
El primer ministro, Manuel Valls, lo anunció en la Asamblea Nacional, en medio de los aplausos del hemiciclo. «Abaaoud, el cerebro de estos atentados -uno de los cerebros porque es necesario ser particularmente prudentes y nosotros conocemos las amenazas- se encuentra entre los muertos», ha declarado ante los diputados en la Asamblea Nacional francesa.
Las huellas dactilares, enviadas por las autoridades francesas a Bruselas, han permitido la identificación de Abaaoud. Lo que sin embargo se desconoce es exactamente el modo en que murió: su cadáver estaba tan deteriorado que por ahora no es posible saber si falleció acribillado en medio de aquella tormenta de balas o a causa de una granada. Ni siquiera se descarta que, como hiciera la mujer kamikaze, se volara por los aires mediante un cinturón cargado de explosivos.
Reproches a Bélgica y la UE
Pero la buena noticia en seguida daba paso al reproche, verbalizado por el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve. Las autoridades francesas se preguntan cómo es posible que un yihadista tan peligroso como Abbaoud, conocido por todos los servicios de inteligencia de la UE, que en 2014 se fue a Siria, regresara después a Europa y nadie se molestara en avisar a París de ese pequeño detalle.
Cazeneuve se quejaba ayer de únicamente 48 horas después de los atentados un solo país, y para más inri no europeo, se dignó informar a Francia de que tras su estancia en Siria Abaoud había entrado de nuevo en Europa a través de Grecia. «No nos fue comunicada ninguna información procedente de países europeos que sugiriera que podía haber entrado en Europa», se lamentaba Bernard Cazeneuve en la rueda de prensa que ha concedido tras confirmarse la identidad del terrorista muerto en el asalto del miércoles en Saint-Denis. «Sólo el 16 de noviembre, tras los atentados de París, el servicio de inteligencia de un país fuera de Europa nos indicó que estaba al corriente de su presencia en Grecia».
EEUU había alertado en mayo sobre Abaaoud
En un informe publicado en mayo por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que se realizó en cooperación con el FBI y el centro nacional antiterrorista, se analizaban las consecuencias de un atentado frustrado en enero en Verviers, Bélgica. En enero fuerzas especiales mataron en Verviers a dos presuntos yihadistas. Abaaoud era la cabeza de esta célula, señala el informe. La dirigió desde Atenas y se movió libremente por Europa.
Homeland Security escribió que el grupo de Verviers planeaba ataques probablemente en Bélgica, pero en las investigaciones sobre sus actividades surgieron varias naciones europeas como Grecia, España, Holanda y también Francia.
La confirmación de que Abaoud es uno de los dos terroristas que el miércoles murieron durante la operación policial llevada a cabo en Saint-Denis llegaba poco después de la Asamblea Nacional diera luz verde a la solicitud de ampliar durante tres meses el estado de emergencia declarado por el presidente François Hollande tras los atentados del viernes en París, y que en teoría sólo puede decretarse durante 12 días.
Manuel Valls era el encargado, en calidad de primer ministro, de defender esa proposición de ley que ahora tiene que aprobar el Senado y que incluye fuertes medidas restrictivas de los derechos y libertades civiles. Evocando «una nueva guerra» y aludiendo a la «imaginación macabra» de los «jóvenes radicales», el primer ministro ha advertido del riesgo de que Francia sufra un ataque terrorista con «armas químicas o biológicas». «No podemos descartar nada», decía.
«La imaginación macabra de los cerebros terroristas no tiene límites: rifles de asalto, decapitaciones, bombas humanas, cuchillos (…) Existe también el riesgo de armas químicas o bacteriológicas», subrayó.
Valls precisaba en cualquier caso que «la primera arma de esta nueva guerra es el terror». Pero, por si acaso, el sábado pasado, sólo un día después de los atentados de París, las autoridades francesas ordenaron a través de un decreto a las farmacias del Ejército la distribución a los servicios de protección civil de un antídoto contra las armas biológicas.